jueves, 6 de marzo de 2014

Peces de ciudad...

Hace mucho tiempo que no escribo...y no se muy bien qué escribir ni como continuar con esta pequeña ventana a mi interior...
Han pasado tantas cosas en nuestras vidas en el último año y medio, que no se por donde empezar...ni siquiera se si quiero empezar...
Me parece que este blog ya no volverá a ser, al menos de momento, un blog de bricobarcos. Después de lo vivido con el Valparaiso, ninguna de las mejoras que vamos haciendo a nuestro nuevo barco me parecen dignas de mención. Aún así, comentaré que estamos transformándolo poco a poco en NUESTRO barco.
Por cierto, cambió de nombre...Ahora es "Al Vent".

Mas bien hablaré de la transformación tan profunda que ha sufrido nuestra vida al incorporarse Marina a ella...Absorve como una esponja casi todo el tiempo y la energia disponible, de una manera que ni siquiera imaginé antes...

Durante 3 meses vivimos a bordo del barco, pero al acercarse la fecha de la reincorporación al trabajo, nos dimos cuenta de que la vida con un bebé era más complicada de lo que a priori yo creí, sobre todo debiendo compatibilizarla con una vida convencional en tierra(horarios de oficina, transportes, lavadoras, papillas, etc.)

Así pues, decidimos volver al piso...y aquí comenzó mi cura personal...dura pero necesaria... En estos meses estoy recibiendo un curso acelerado de aprendizaje:

- paciencia, para alcanzar objetivos a medio plazo, en contraposición con la inmediatez vivida hasta hace poco.
- madurez, para afrontar una nueva etapa de la vida, con nuevas experiencias distintas a las vividas ya.
- responsabilidad, para darle a nuestra hija lo que se merece, lo realmente importante en la vida, y rechazar lo superfluo.
- serenidad, para aprender a mirar al ayer con cariño, pero no con nostalgia, sino con agradecimiento.

No siempre consigo todo lo anterior, pero algunos dias ya sale el sol... al fin deja de estar siempre nublado...

Durante una temporada vivimos de una manera preciosa, maravillosa, Ali y yo, yo y Ali, navegando, disfrutando, viajando, Baleares, Cerdeña... Realmente disfruté de aquellos momentos, pero como dice Sabina...

Al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver...

De aquel tiempo vino, como un regalo, Marina. Un pequeño ser maravilloso, que ha cortado de raiz aquel estilo de vida semisalvaje, pero solo momentáneamente. Porque ahora comprendo, despues de superar mi inicial impaciencia, que algún dia no muy lejano volveremos a navegar lejos, con nuestro nuevo amigo, Al Vent, con sus flamantes velas nuevas, su jarcia fija y de labor recién cambiada... Que viviremos nuevas experiencias, más plenas, al tener a nuestra pequeña Marina a bordo. Y para ello, ahora estamos pasando, el barco y nosotros, una especie de metamorfosis.

De momento, navegamos los tres, en salidas cortitas, que iremos prolongando progresivamente. Y seguimos adecuando el barco a nuestro propósito...






"Y desafiando el oleaje
sin timón ni timonel,
por mis sueños va, ligero de equipaje,
sobre un cascarón de nuez,
mi corazón de viaje,
luciendo los tatuajes
de un pasado bucanero,
de un velero al abordaje,
de un no te quiero querer.

Y cómo huir
cuando no quedan
islas para naufragar
al país
donde los sabios se retiran
del agravio de buscar
labios que sacan de quicio,
mentiras que ganan juicios
tan sumarios que envilecen
el cristal de los acuarios
de los peces de ciudad

que mordieron el anzuelo,
que bucean a ras del suelo,
que no merecen nadar.

...
En Comala comprendí
que al lugar donde has sido feliz
no debieras tratar de volver.
...
...mentiras que ganan juicios
tan sumarios que envilecen
el cristal de los acuarios
de los peces de ciudad

que perdieron las agallas
en un banco de morralla,
en una playa sin mar.